El jefe de Boeing, Kelly Ortberg, advirtió que la compañía se encuentra en una “encrucijada” después de que las pérdidas del gigante aeroespacial aumentaron a aproximadamente 6 mil millones de dólares (4,6 mil millones de libras esterlinas).
Ortbeg, que asumió el cargo de director ejecutivo en agosto, dijo que estaba trabajando “febrilmente” para estabilizar la empresa, mientras ésta trabaja para reparar su reputación, que se ha visto afectada por problemas de fabricación y seguridad.
El fabricante de aviones también se enfrenta a una huelga de más de 30.000 de sus trabajadores en Estados Unidos, que se prolonga desde hace más de un mes y paralizó la producción de varios aviones.
Sus decepcionantes resultados se producen cuando los trabajadores votarán el miércoles sobre la última propuesta de salarios y beneficios de la empresa.
En comentarios preparados, Ortberg dijo que tenía “esperanzas” de que se aprobara el plan, que incluye un aumento salarial del 35% en cuatro años, aunque señaló que aún quedan otros obstáculos importantes para restablecer el negocio.
“Este es un barco grande que tardará algún tiempo en girar, pero cuando lo haga, tendrá la capacidad de volver a ser grande”, añadió.
Ortberg dijo que la empresa estaba “cargada con demasiada deuda” y había decepcionado a los clientes con fallas en el desempeño en todo el negocio.
La última crisis de Boeing estalló en enero cuando una pieza de uno de sus aviones de pasajeros explotó dramáticamente en el aire.
Su negocio espacial también sufrió un revés después de que su nave Starliner se viera obligada a regresar a la Tierra sin llevar astronautas.
La huelga ha agravado los problemas y ha provocado una dramática desaceleración de la producción.
El negocio de aviones comerciales de Boeing informó pérdidas operativas de 4.000 millones de dólares en los últimos tres meses, mientras que su unidad de defensa perdió casi 2.400 millones de dólares.
Ortberg argumentó que la empresa estaba en una posición sólida, con una cartera de aproximadamente 5.400 pedidos para sus aviones.
Pero advirtió a los inversores que reiniciar las fábricas de la empresa, cuando termine la huelga, será complicado.
“Es mucho más difícil activar esto que desactivarlo. Por eso es fundamental, absolutamente fundamental, que lo hagamos bien”, dijo.
“Tenemos un plan detallado de regreso al trabajo y tengo muchas ganas de que todos regresen y trabajemos en ese plan”.
La compañía anunció planes a principios de este mes para recortar aproximadamente el 10% de su fuerza laboral. Otros miles de empleados ya están de permiso debido a la huelga, que también ha afectado a los proveedores.
Ortberg dijo a los inversores que su primera prioridad era un “cambio cultural fundamental”.
“Necesitamos evitar que los problemas se agraven y trabajar mejor juntos para identificar, solucionar y comprender la causa raíz”, dijo.
